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29.Jul.2014 / 09:41 am / Haga un comentario

EL LEGADO DE CHÁVEZ SOBRE EL PARTIDO REVOLUCIONARIO

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Estimado Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela:
Estimados miembros de la dirección del Partido Socialista Unido de Venezuela:
Delegadas y delegados al III Congreso de nuestro partido:
Abrazos bolivarianos, revolucionarios y chavistas a todas las delegaciones internacionales. Especialmente a la Cubana, porque hoy se cumplen 61 años del Asalto al Cuartel Moncada. Saludos al Presidente Raúl y al Pueblo Cubano; y muy especialmente al Comandante, camarada, amigo y padre Fidel Castro Ruz. Igualmente para la delegación Palestina por la coyuntura que vive nuevamente.

¡Viva Palestina Libre!
Compatriotas:
El III Congreso del PSUV tiene lugar en un momento singular de la historia patria. La capacidad de resistencia, el pensamiento creador, la lealtad a los principios y la confianza de nuestro pueblo en sí mismo, atraviesa por una de las pruebas más duras de la historia revolucionaria: la desaparición física de su líder eterno.

Ello ocurre en una coyuntura nacional e internacional en extremo compleja, caracterizada por una contraofensiva imperialista contra la revolución bolivariana y los pueblos de la América nuestra.

El adversario interno, instrumento del imperialismo, no ceja en su empeño de destruir la Revolución. A lo largo del último año ensayó todas sus armas materiales e ideológicas, constitucionales e inconstitucionales; intentó manipular el resultado de dos procesos electorales que dieron sendas victorias incontestables a nuestro pueblo; ensayó aventuras desestabilizadoras y golpistas con significativos costos humanos y económicos, e incluso trató de debilitar al Gobierno Bolivariano y Chavista como también el liderazgo de nuestro Presidente Nicolás Maduro desde la mesa de diálogo.

En todos estos campos, el fracaso del imperialismo y la contrarrevolución fue rotundo; pero el adversario aún no ha sido derrotado en el plano estratégico y debemos esperar nuevas embestidas.

Por otra parte, como fue anunciado en el Golpe de Timón, la Revolución Bolivariana avanza hacia una nueva etapa, cuyos objetivos nuestro Comandante Eterno trazó con claridad en el Plan de la Patria: defender, expandir y consolidar la independencia nacional; dar continuidad al proceso de construcción del socialismo bolivariano; convertir a Venezuela en una potencia social, económica y política; contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en un mundo multicéntrico y pluripolar; preservar el planeta y salvar la especie humana.

El logro de estos objetivos nos obliga a tensar todas nuestras fuerzas; a consolidar el liderazgo, fortalecer nuestro partido y sus nexos con el resto de los partidos y frentes sociales que integran el Gran Polo Patriótico; potenciar el Poder Popular y las organizaciones autónomas de nuestro pueblo; enfrentar unidos los retos económicos, políticos y sociales de envergadura que se alzan ante nuestra Revolución.
Un tema que nos toca hondo a todos los revolucionarios bolivarianos, vinculado a los destinos históricos de la patria es el debate sobre el legado del Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías. Quizá como ningún otro, este tema está llamado a impulsar la creatividad y consolidar la unidad del pueblo, de los militantes y del partido, en torno a una bandera única de lucha.

El objetivo principal de cualquier revolución social es el cambio de la espiritualidad, la hegemonía de los nuevos valores, sin lo cual una experiencia social transformadora es insostenible. Chávez revolucionó la forma de hacer política revolucionaria, pero fue y seguirá siendo sobre todo un líder espiritual, un paradigma moral. Su prédica y su práctica social iniciaron y perfilaron los pilares de una Revolución espiritual, todavía por concluir, permitieron el rescate de la historia, la autoconciencia y la autoestima nacional, así como la revalorización de los símbolos patrios, que dignificaron a los venezolanos y venezolanas.

Una de las expresiones más relevantes del liderazgo y el carisma del Comandante Presidente, fue su capacidad de adecuar el pensamiento a los requerimientos de cada momento histórico. Chávez fue el genio político que sublimó la síntesis de la táctica y la estrategia. Por esta razón es imprescindible que en esta crucial coyuntura de la patria, al abordar el tema de su legado, también nos apropiemos de su estilo de pensamiento, de su forma de interpelar la realidad e interactuar con el pueblo, de su manera de hacer política, ajena a todo dogmatismo y sectarismo. Solo a partir de estos preceptos será posible realizar el balance necesario, responder a numerosas interrogantes que nos plantea la vida y adecuarnos a las nuevas mutaciones de la sociedad.

Asumir el legado conceptual del jefe histórico de la Revolución bolivariana no es solo reproducir la letra de sus textos y discursos; debe ser apropiarnos de su aliento teórico, ético y político, de forma tal que se constituya en una herramienta y en una guía permanente para la reflexión y la práctica transformadora. Se trata, en primer lugar, de hacer nuestra su vocación por el estudio, la lealtad a los principios y la flexibilidad y creatividad para solucionar los problemas, siempre novedosos y, con frecuencia, imprevisibles, que la vida plantea ante las revoluciones auténticas; y en segundo lugar, de hacer de él el punto de encuentro obligado de los revolucionarios bolivarianos, el bastión inexpugnable de la unidad revolucionaria, de la fe inquebrantable en la justeza de nuestra causa y la victoria de nuestros ideales sagrados.

En estos breves minutos es imposible abarcar la rica diversidad de aristas y temas que integran el legado del Comandante Chávez. Trasciende nuestras posibilidades intentar siquiera abordar de forma somera el universo de aspectos relacionados con la conquista del poder político y la construcción del socialismo sobre los cuales meditó y trabajó. En esta tribuna del III Congreso de Partido Socialista Unido de Venezuela, solo nos proponemos llamar la atención sobre uno de los tópicos más importantes de la transición socialista: el papel del partido en la Revolución Bolivariana.

A medida que fue avanzando el proceso revolucionario y complejizándose las tareas de construcción socialista, el Comandante Chávez fue delineando, cada vez con mayor precisión, las características definitorias del Partido Socialista Unido de Venezuela. Se trata, ante todo, de un instrumento de lucha, una “expresión de la unidad del pueblo”, un crisol de lo más avanzado de entre sus filas; y en modo alguno de un aparato burocrático que instrumentaliza o subordina al Estado, a las organizaciones sociales y al conjunto de la sociedad.

Para Chávez, el partido constituye el alma y la guía de la Revolución, el faro que traza la ruta, el punto de confluencia y unidad entre los revolucionarios. La organización partidista se concibe, no como un ente rígido, sino como un partido-movimiento, cuyo rol fundamental es el trabajo ideológico y la comunicación política; como una estructura de masas en cuyo seno se forma la vanguardia revolucionaria, ajena a todo burocratismo, generadora de poderosas organizaciones partidistas de base, capaz de convertirse en la conciencia crítica de la Revolución.

En este punto, les propongo meditar juntos sobre la concepción de Chávez sobre el partido como vanguardia en el proceso hacia la consolidación de la construcción socialista.

El partido revolucionario ha de ser el “verdadero guía y unificador de la clase y sectores explotados en la batalla por liberar definitivamente a la patria de la pobreza extrema, el atraso y la dependencia”, el “propulsor de la conciencia social y de los cambios históricos” y el “promotor de la justicia social, moral y económica” (I Congreso Extraordinario del Partido Socialista Unido de Venezuela: Declaración de Principios).
Sus tareas “deben ser la ideología, el debate de todos los días, la batalla de las ideas, la artillería del pensamiento, el trabajo voluntario, la incorporación a la praxis, a la solución de problemas, a la atención de los más débiles, la creación de la sociedad del amor, de una nueva espiritualidad, de una nueva base moral, ética” (Aló Presidente teórico 3).

Nos asegura el Comandante Eterno _ y nosotros lo compartimos_, que lo anterior solo es posible si la organización es concebida como un partido-movimiento; porque, nos refuerza Chávez, “optar por la lógica del Partido-Movimiento implica posicionarse dentro de las masas populares, estableciendo y desplegando una amplia política de alianzas con las diversas formas de organización popular, incluyendo los sectores patrióticos y democráticos de las clases medias, apoyándolas e invitándolas a poner su talento y conocimiento al servicio de la construcción de una sociedad del buen vivir para todos y todas” (PSUV: Líneas estratégicas de acción política).

Por lo tanto, ese partido de la Revolución, se lee en el Libro Rojo del PSUV, tiene como tarea fundamental, “…elevar la conciencia revolucionaria de la masa, organizarla y formarla para la lucha por la conquista del poder, elevar su nivel de conciencia filosófica, política, ideológica, moral y organizativa para lograr la transformación de patrones de representatividad en patrones de democracia participativa y protagónica. Significa formar al pueblo para el ejercicio del poder en las funciones de planificación, elaboración de presupuestos, toma de decisiones, ejecución y control orientados por valores socialistas. Asimismo significa, en lo ideológico, asumir el socialismo bolivariano como nuestro mayor ideal de sociedad, de modelo político y de Estado”.

Así, pues, la función de vanguardia del partido es eminentemente ideológica y su batalla tiene lugar, ante todo, en el plano de las ideas. Se trata de una “maquinaria pensante”, de un “partido de masas que debe generar cuadros, promover la construcción del socialismo, el trabajo voluntario, la transformación del sistema de relaciones humanas (…) la creación de la sociedad nueva” (Libro Rojo del PSUV).
De igual manera, es bien conocido que Chávez revolucionó la comunicación política y siempre le otorgó un papel primordial a los métodos, al estilo y a las formas de interactuar con el pueblo en el trabajo político revolucionario. Para él, el PSUV debe convertirse “en un poderoso medio de propaganda, agitación y comunicación”.

Nos dice el Comandante Eterno que, aunque “no hay mejor propaganda que la completa imbricación de la militancia (…) con las masas populares”, el partido “debe tener una editorial (…), un verdadero periódico y una estrategia comunicacional”, “…puesta al servicio de una audaz política propagandística, que al mismo tiempo, difunda de manera masiva los lineamientos tácticos y estratégicos y sirva de proceso de formación político-ideológica, pero sin perder nunca el anclaje en lo local”, en “los problemas concretos de las comunidades”.

En cualquier circunstancia, “la maquinaria del Partido con la fuerza de la que dispone” debe recuperar “la idea de la propaganda, entendida como un poderoso factor de movilización (PSUV: Líneas estratégicas de acción política).

Es novedosa la concepción de Chávez sobre la interrelación entre el partido, la vanguardia y el pueblo; la cual trasciende la controversia tradicional entre diversos sectores de izquierda acerca de si la Revolución ha de hacerse con un partido de masas o un partido de cuadros.

En su criterio, el PSUV ha de forjarse como “un partido de masas que genere excelentes cuadros y una vanguardia de cuadros”. “Uno de los trabajos más intensos a los que debemos dedicarnos, insisto en esto, es a la captación y a la formación de cuadros (…) De ahí la importancia de la escuela de cuadros” (Discurso de clausura del Primer Congreso Extraordinario del PSUV).

Pero también, “…el Partido se esforzará por formar a sus militantes en el Árbol de las Tres Raíces —el pensamiento y la acción de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora— y rescatará con sentido crítico las experiencias históricas del socialismo, adoptando como guía el pensamiento y la acción de revolucionarios y socialistas latinoamericanos y del mundo, como José Martí, Ernesto Che Guevara, José Carlos Mariátegui, Rosa Luxemburgo, Carlos Marx, Federico Engels, Lenin, Trotski, Gramsci, Mao Tse-Tung y otros que han aportado a la lucha por la transformación social, por un mundo de equidad y justicia social; en una experiencia humana que tiene antecedentes remotos, como la cosmovisión indio afro americana, el cristianismo, la teología de la liberación” (Libro Rojo del PSUV).

En relación con lo anterior, el Comandante exige de los cuadros que le dediquen varias horas al día al estudio de la teoría y la práctica revolucionaria, “por encima de todos nuestros compromisos, porque estamos hablando de los elementos vitales de este proyecto (Golpe de Timón).

Igualmente, en numerosas ocasiones, el Comandante Eterno insistió en que desde el punto de vista estructural, el PSUV está obligado a romper “con esquemas viejos burocratizantes, que son mortales para un partido político, y más aún para la juventud. ¡No a la burocratización! ¡No al dogmatismo!” —dijo enfáticamente (Aló Presidente teórico 3).
El partido de la Revolución Bolivariana ha de concebirse como un ejército civil para la batalla de las ideas; y al mismo tiempo, “…dotarse de una estructura estable político territorial de dirección que comprenda los estados, los municipios, las parroquias, las comunidades y sus sectores específicos” (PSUV: Líneas estratégicas de acción política).

A pesar de su insistencia en el carácter fundamentalmente ideológico del quehacer del partido, el Comandante Presidente precisó que mientras persistan en el país el sistema electoral burgués y la democracia representativa, la Revolución estará obligada a desarrollar una estrategia electoral eficiente, a optimizar la maquinaria electoral del PSUV y el Polo Patriótico, implementar una estrategia comunicacional adecuada, perfeccionar el sistema de incorporación de masas marginadas mediante el proceso de cedulación.

“No podemos darnos el lujo de permitir que esta oligarquía mantenga cautivo a un cuarenta por ciento (40%) de nuestra población (…) No podemos darnos el lujo de que una parte importante de los millones de compatriotas de sectores populares de los más pobres no vaya a votar”. Asimismo, “cuando uno ve, por ejemplo, los resultados de las elecciones regionales, consigue que en barrios pobres hubo una importante votación de la oposición, y en el referéndum del 15 de agosto también”. “Están votando por su propio enemigo”. “En vez de condenar a los que votaron por el sí [en el referendo revocatorio de 2004, es decir, contra el Gobierno revolucionario] hay que convencerlos”. Hoy, 10 años después de estas afirmaciones, ellas siguen totalmente vigentes.

Ahora bien, aunque, con este fin, se hace necesario consolidar las unidades de batalla electoral en el ejercicio de las funciones correspondientes, estas han de ser transformadas en “unidades de batallas endógenas”, integradas en lo fundamental por jóvenes revolucionarios dispuestos a realizar un trabajo político y social consagrado en la comunidad (Taller de Alto Nivel).

Para Chávez, el PSUV ha de constituir una “plataforma de desarrollo y fortalecimiento del Poder Popular”, con vistas a viabilizar la organización permanente de las bases sociales de la revolución y una “amplia política de participación y de interpelación popular, orientada al impulso del control popular de la gestión gubernamental en todos sus niveles” (PSUV: Líneas estratégicas de acción política).

En el mismo documento de las líneas estratégicas, se plantea que la “política de interpelación popular”, “…es una de las tareas principales de los y las militantes del PSUV: reconocer, organizar y viabilizar las amplias demandas sociales acumuladas en nuestra sociedad, para que se encuentren soluciones sostenibles (…) Se propone que las Patrullas Socialistas del PSUV, impulsen la conformación de movimientos locales en torno a Bases de Patrullas y Círculos de Luchas Populares y del Buen Vivir”.

“El partido no puede adueñarse de los consejos comunales. El consejo comunal no puede ser un apéndice del Partido, estaríamos matando al bebé, estaríamos produciendo un aborto”. De igual forma, “los consejos comunales no pueden ser apéndices de las alcaldías”, y las comunas “no pueden ser apéndices de las gobernaciones, ni del Ministerio de la Comuna, ni del presidente Chávez ni de nadie: son del pueblo, son creación de las masas” (Aló Presidente teórico 1); y su gobierno es elegido por el pueblo “en democracia directa. Ése es el componente político del socialismo, la democracia popular. La democracia verdadera” (Aló Presidente teórico 2).

Insistía el Comandante Eterno que el partido debe transformarse en una plataforma para la conciencia crítica de la Revolución. En el discurso de clausura del Primer Congreso del PSUV, nos dijo: “Esa es una tarea que tiene que asumir el partido, la crítica, la autocrítica, a las obras del gobierno, a las instituciones del gobierno que no cumplen, que se retardan, que meten mentiras, que cometen hechos de corrupción”.

Es por ello, compatriotas delegadas y delegados, que a mi juicio, la esencia de la concepción chavista sobre el partido en la Revolución Bolivariana, se expresa en las seis líneas estratégicas para el trabajo político del PSUV trazadas por el líder de la Revolución en el 2011:
1) Transitar de la cultura política capitalista a la militancia socialista, identificada como la línea esencial del documento. El reto más importante de una Revolución _declaró el Comandante_ es desarrollar la conciencia y los valores.
2) Convertir la maquinaria del PSUV en un partido-movimiento, al servicio de las luchas populares para realizar la Revolución y no solo para enfrentar eventos electorales. “Esto es muy importante _nos dijo Chávez_, porque aquí está el MVR, que terminó siendo una maquinaria sólo electoral. Es una derivación peligrosa, porque el MVR se alejó de las luchas cotidianas del pueblo. Eso no podemos permitir que suceda con el PSUV. Hay que atacarlo desde ahora mismo”.
3) Convertir al Partido en un poderoso medio de propaganda y comunicación, incluida la utilización de métodos no tradicionales de difusión de las ideas.
4) Pasar definitivamente de la inercia de la maquinaria electoral, a ser la plataforma del desarrollo y fortalecimiento del poder popular; el partido compenetrado con los problemas reales de las luchas populares.
5) Consolidar el Gran Polo Patriótico, como una política audaz de reunificación y repolarización. Nos continúa diciendo Chávez: “Le hago un llamado a todas las corrientes y movimientos. Mientras más críticos, más me gusta. El llamado a todos los sectores de la vida nacional. Sin sectarismos. Vistámonos de humildad. Se los digo a todos los militantes del partido. El partido no puede tomar la actitud del mandamás. El partido es un sistema abierto, reunificador y potenciador. Aquí hay dos caminos: este que llevamos (socialismo) o retrogradar, y sería una catástrofe que nos lleven al pasado”.
6) El PSUV va a la calle, que más que una consigna, es una línea fundamental para un nuevo estilo de trabajo del partido. En ese sentido, lo que hoy implementamos como política nacional, el gobierno de calle, es también un legado de nuestro Comandante Chávez. Creemos fervientemente en este sistema de gobierno popular, y por tanto reafirmamos todo nuestro apoyo al Presidente y Camarada Nicolás Maduro para seguir en el camino de Chávez, practicando cotidianamente el contacto con la gente, porque tiene la bondad de relacionar a los ciudadanos directamente con sus gobernantes, donde los primeros no son sólo público espectador o receptor de informaciones o recomendaciones; sino interlocutores. Ese estilo de trabajo, permite una comunicación bidireccional, una comunicación activa, una comunicación verdadera y sin dudas, debemos continuar potenciándolo.

Compatriotas:
Si el III Congreso del PSUV aspira a ser coherente con el legado de nuestro Comandante Eterno, lo más importante será ser fieles a su espíritu, con unidad y disciplina, con flexibilidad y firmeza, convencidos de que la realización de su legado solo puede ser la obra conjunta de nuestro partido, del Gran Polo Patriótico, de las Fuerzas Armadas Bolivarianas y del pueblo consciente y organizado, que jamás renunciará a sus conquistas y a la épica de la Revolución.

¡Gloria eterna a la obra y al legado del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías!
¡Los que quieran Patria vengan con nosotros¡¡
¡Viviremos y Venceremos¡¡

 

 

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