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23.Jul.2014 / 09:52 am / Haga un comentario

Pedro Gerardo Nieves, Analista Politico

Pedro Gerardo Nieves, Analista Politico

Por constituir un documento sin desperdicio alguno, transcribimos como primicia una versión del documento político que los comisionados de Comunicación, Propaganda y Agitación de todo el país suscribieron en Barinas como aporte al III Congreso. Su esclarecida definición entre los conceptos de propaganda y agitación lo constituye en una herramienta esencial para vencer los retos que depara la Batalla de las Ideas a la Revolución Bolivariana. Además, es una primicia inédita:
Lenin, citando a Plejánov , asegura que el propagandista comunica muchas ideas a una sola o a varias personas, mientras que el agitador comunica una sola idea o un pequeño número de ideas, pero a toda una multitud. El comunicador y el propagandista comunican complejos y largos mensajes a un número limitado de personas, a los que estén interesados en ampliar su conocimiento sobre las ideas de la lucha revolucionaria. Y un agitador comunica pocas ideas a las masas, a las que en ese momento están solo abiertas a mensajes más sencillos. Un ejemplo dado por Lenin muestra cómo propaganda y agitación se complementan: un propagandista que trata, por ejemplo, el problema del desempleo, debe explicar la naturaleza capitalista de las crisis, mostrar la causa que las hacen inevitables, etc., en pocas palabras, debe comunicar ‘muchas ideas’, tantas, que todas ellas en conjunto podrán ser asimiladas en el acto sólo por pocas personas. En cambio, el agitador, al hablar de este mismo problema, tomará un ejemplo, el más destacado y más conocido –pongamos el caso de las familias de desempleados casi muertas de inanición, o el aumento de la miseria, etc.– y, aprovechando ese hecho conocido por todos, orientará todos sus esfuerzos a inculcar en la ‘masa’ una sola idea: la idea de cuán absurda es la contradicción entre el incremento de la riqueza (a favor de pequeños grupos) y el aumento de la miseria (en perjuicio de la mayoría); tratará de despertar en la masa el descontento y la indignación contra esta injusticia, dejando al propagandista la explicación completa de esta contradicción. Los revolucionarios debemos comprender que más que orientarse hacia las capas atrasadas de las masas, nuestra prioridad estriba en alcanzar y organizar a los actores políticamente más avanzados en función de lograr un proceso amplio de educación política de dichas masas y de acometer un ambicioso proceso de formación de cuadros revolucionarios capaces de disputarse las ideas y la conciencia de la sociedad. De manera que el trabajo de agitación de nuestros grupos propagandísticos debe procurar ganar cada vez más adherentes entre obreros, excluidos y capas medias de la población.
Siguiendo a Lenin, mientras trate de atraerse a más personas a las ideas bolivarianas, socialistas, revolucionarias, humanistas y chavistas, la propaganda debe ocupar un lugar privilegiado.(…) La “conexión orgánica” con el sentimiento de las masas en su relación con su cotidianidad, debe ser considerada como una fase esencial en el desarrollo de una eficaz propaganda y una potente agitación, particularmente cuando se lucha contra un enemigo que desarrolla eficaces estrategias fundamentadas en la guerra de Cuarta Generación y en Operaciones Psicológicas hábilmente diseñadas y ejecutadas. Históricamente quedó demostrado cómo el trabajo de propaganda dentro de la vanguardia revolucionaria, es capaz de sentar las bases para la agitación entre las masas. De allí la necesidad de que el Partido pueda contar con líderes entrenados capaces de desarrollar en forma precisa las actividades de propaganda y agitación. Trotsky, en este sentido, definió propaganda como la “educación de los cuadros” y agitación como “la influencia en las masas a través de los cuadros”.
No se debe diluir la estrategia de captación de cuadros propagandistas buscando entre técnicos formados por el sistema capitalista; debemos más bien rescatar a los sujetos forjados en la lucha cotidiana incorporados en instancias y plataformas comunicacionales y propagandísticas ya creadas, muchos de los cuales se encuentran alejados de las actividades partidistas.
La vigilancia revolucionaria del Partido, así mismo, debe procurar que la propaganda no rebaje jamás su nivel de elaboración técnica, conceptual e ideológica. Por al contrario, debe elevarlo constantemente en base a todos los problemas tácticos, políticos y teóricos de la revolución bolivariana y mundial. Eso permitirá colocar en manos de las masas la causa de la revolución bolivariana y la causa de todos los pueblos oprimidos del mundo.

Por: Pedro Gerardo Nieves

 

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