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Para Pedro Gerardo Nieves, analista político, los espacios de diálogo abiertos entre la Gobernación y las alcaldías opositoras dejan abatido y sepultan el patrón violento que sectores fascistas de la MUD quisieron replicar en Barinas. “No olvidemos que en Barinas la reacción pretendió guarimbear, sembrar falsos positivos para denunciar represión, empleó redes sociales y medios de comunicación para difundir terror y mentiras e incluso atentaron con explosivos contra instituciones públicas”, agrega Nieves.

Explica Pedro Gerardo Nieves que si no es por la oportuna acción de los cuerpos de seguridad, quienes ejercieron un impecable papel en cuanto al respeto a los derechos humanos, y la vigilante acción del poder popular en la calle, la violencia se hubiera enseñoreado en Barinas.

También deben ser reconocidas, aunque no les guste a algunos, las oportunas denuncias contra los violentos que formularon sectores concientes de la Mesa de la Unidad Democrática.

“Por eso creemos que algunos actores políticos que fueron al diálogo en la gobernación deben estar pensando y reflexionando mucho. Se preguntarán, por ejemplo, si el jueguito de “tirar la piedra y esconder la mano” les seguirá funcionando, más ahora cuando el mismísimo Henrique Capriles admitió que “La Salida” constituyó una torta descomunal”, prosigue Nieves en su análisis.

LA POLÍTICA, CHICO

Para Nieves el hecho de reunirse constituye un triunfo de la democracia, ya que moral y políticamente obliga a sectores antidemocráticos al diálogo y la articulación. El pueblo barinés también respira aliviado porque el hecho que se pongan de acuerdo fuerzas distintas para articularse se traduce en una mejor gestión para la satisfacción de las demandas sociales.

“Es la política, chico, la que debe prevalecer. No la violencia asesina”, apunta el analista. Nieves advierte, sin embargo, que el proceso de división, zancadillas y apetitos clientelares que se verifican en la MUD nacionalmente y en Barinas debe tener a los actores políticos con el ojo bien pelao. Los extremistas de la MUD, que son pocos pero operan con la fuerza del odio visceral y antipolítico, son una seria amenaza ahora que están acorralados por obra del diálogo. El alcalde Machín, por ejemplo, tiene a varios zamuros y zamuras de su tolda rondando para enterrarlo políticamente y Ronald Aguilar se enfrenta al dilema de Hamlet: Ser o no ser.

En la MUD la procesión va por dentro y por fuera, afirma Pedro Gerardo Nieves. Por eso hay que agotar todos los esfuerzos para que prive la sindéresis, puntualiza.

Pedro Gerardo Nieves, Analista Politico

Pedro Gerardo Nieves, Analista Politico

 

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