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La actual situación política que vive Venezuela demanda la actuación razonada, científica, de un factor de importancia para la gobernabilidad, la estabilidad y la gestión revolucionaria: el PSUV y su política, que contempla el trabajo profundo entre las masas y su relación con las demás organizaciones de vanguardia. De allí que nuestra conciencia como revolucionario, nos debe conducir a entender a la organización no solo como estructura política perfectamente organizada con propósitos electorales, sino como un todo en el que las actitudes que debemos tener los militante frentes a las decisiones tomadas en su seno, deben estar en correspondencia con la capacidad de cumplir dichas decisiones y ejecutarlas en forma honesta y eficiente.
Conceptualmente ya conocemos que un Partido Político; organización integrada por personas de similar tendencia ideológica, con objetivos claros de conquista del Poder del Estado con la intención de aplicar su programa político. Es decir, cuando irrespetamos y desobedecemos una línea de acción política del Partido, estamos transgrediendo nuestras propias ideas expresadas en un programa.
Ustedes, amigos lectoras y lectores, deben entender que en nuestro país hoy en día los campos ideológicos están deslindados entre dos bloques: el de izquierda, de inspiración bolivariana y socialista, y el derecha en el que actúa una gran cantidad de corrientes que van desde la derecha moderada hasta los elementos fascistas y radicalmente violentos.
La izquierda es sinónimo de revolución, progreso y humanismo y la derecha es conservadora, excluyente y contraria a los más sagrados intereses de la patria. Ustedes deben elegir lo evidente: volver a padecer los males del pasado –puntofijista-, o seguir adelante en la lucha por los niños, por las mujeres y hombres de nuestros pueblos, procurando el bienestar de cada uno de ellos sin importar su ideología política, su credo religioso o su pertenencia a un determinado grupo social o humano.
Mantener la unidad, que es uno de los imperativos partidistas del momento, solo depende de cada uno de nosotros, de nuestra actitud frente a la revolución bolivariana y el propio Comandante Hugo Chávez. Demostrémosle, pues, al mundo que en Venezuela la revolución sigue avanzando con gran vigor y espíritu unitario. No habrá imperio, no habrá contra revolucionario capaz de hacer retroceder la rueda de la historia. El sueño de bolívar doscientos años después lo vemos en proceso de materialización. Todas aquellas personas que todavía se encuentran indecisas, si realmente quieren patria libre y soberana, que coja su rumbo hacia la izquierda con Maduro.
“Cuando la historia parecía detenida y los teóricos revolucionarios inventaban atajos para cambiar de casaca, cuando los pueblos vieron reptar a sus dirigentes, el futuro estaba a ras del suelo y el vuelo alto era cosa de locos. En aquellos días de fin de la historia, de fukuyamas y tonis negris, de tumultos que no destruían ni construían, de “somos pero no tanto”, de “el capitalismo no es malo sólo hay que controlar a los que abusan”, en esos tiempos en que la humanidad cayó en las tinieblas del conformismo y el Quijote se refugió en una isla heroica, en esos días ocurrió el milagro y el milagro se llamó la revolución Bolivariana”.
Oposición apátrida, entiendan que esta lucha ya no solo es por Venezuela, es por los países del Caribe, es por Latinoamérica, es por cada una de las regiones que se encuentran en desventaja ante las garras de los asesinos imperialistas.
La revolución sigue de pies, más fuerte que nunca… Seguiremos construyendo la patria grande, porque Venezuela lo necesita, necesita hombres y mujeres como usted, dispuesta a sacrificar el bienestar propio por ayudar al prójimo; sigamos el ejemplo de todos los hombres que han dado la vida por la patria.
Por: Eduardo Pérez Viloria
Eduardoperezviloria@gmail.com